Cuánto se ha hablado del microchip… y cuántas cosas se escuchan sobre este tema, que tanto preocupa a los propietarios y del que se desconocen muchos detalles. Con estas líneas nos hemos propuesto aclarar todas las dudas al respecto y, sobre todo, concienciar a los propietarios de animales de compañía de su importancia.
¿Qué es el microchip?
El microchip es, simplemente, un método de identificación animal, que cumple los siguientes requisitos: es inocuo (su colocación no produce ningún daño durante la vida de nuestra mascota), de pequeño tamaño (mide aproximadamente 1 cm.), de fácil aplicación (se coloca con ayuda de una aguja algo más gruesa que las normales), duradero e imposible de falsificar. Es un sistema electrónico que queda fijo en el tejido subcutáneo del animal puesto que está rodeado por una cubierta antimigratoria que no se degrada.
Normativa en la Comunidad Valenciana
En la Comunidad Valenciana es obligatoria la identificación mediante microchip de todos los perros, sea cual sea la raza, antes de los tres meses de vida. Es voluntaria en el caso de gatos, hurones y otros animales de compañía. El tatuaje, tan empleado antiguamente, ya no se considera un método oficial, aunque todavía es utilizado por muchos criadores.
Según la normativa autonómica, en el caso de los perros cada microchip debe llevar un número de pasaporte asociado (consta de 9 dígitos precedidos de las siglas ES) en el que se reflejarán todas las vacunas que se apliquen al animal a lo largo de su vida. Esta norma entró en vigor en 2005, por lo que los animales a los que se les hubiera colocado el microchip con anterioridad no tienen la obligación de tener pasaporte, y pueden seguir utilizando la cartilla sanitaria que se les entregase en su día. Además, el mismo día en el que se coloque el microchip y se abra un pasaporte, el animal debe recibir la vacuna antirrábica, que va acompañada de un sello y una chapa oficial numerada, que permite llevar a cabo un control, puesto que su aplicación es obligatoria en nuestra comunidad.
Numeración única
Cada microchip contiene una numeración única en el mundo que puede ser detectada mediante un lector adecuado, simplemente acercándolo al cuello del animal, por el lado izquierdo, que es donde debe colocarse (en la mayoría de especies animales). Se trata de 15 dígitos que se vinculan con los datos del propietario que será, a partir de ese momento, responsable legal de dicho animal. Esto se consigue mediante la cumplimentación de un formulario con los datos personales del propietario y del veterinario que ha colocado el microchip, que debe estar colegiado y haber realizado un curso de capacitación.
RIVIA
Cualquier modificación de dichos datos (dirección, teléfono…) se debe poner en conocimiento del Registro Oficial, bien vía telefónica, por correo ordinario o por Internet. El centro en nuestra comunidad de denomina RIVIA www.rivia.org (Registro Informático Valenciano de Identificación Animal), situado en la Avenida del Cid, cuyo teléfono es 902151640. De igual forma, en caso de regalar o ceder un animal previamente identificado, o de trasladarlo a otra comunidad autónoma, deberemos acudir a un centro veterinario para modificar los datos personales o la base de datos, puesto que debemos saber que el registro es autonómico, lo que implica que cada animal está dado de alta únicamente en la comunidad autónoma en la que se identificó.
Este sistema permite al dueño demostrar la propiedad legal de dicho animal, facilita la recuperación del mismo en caso de robo o pérdida, permite comprobar la veracidad de los datos genealógicos (pedigree) o cumplimentar certificados oficiales. Además de aportar beneficios a los propietarios facilita la instauración de campañas de control sanitario oficial de animales y evita/reduce el abandono de animales con los problemas que esto conlleva (accidentes de tráfico, mordeduras y demás molestias ocasionadas por la presencia de animales sueltos).
En la actualidad, esta aumentando de forma exponencial el número de controles policiales que se llevan a cabo en la vía pública. Estos se basan en la lectura del microchip de todos los perros que pasean por parques y jardines. Es posible también que la autoridad nos solicite el pasaporte e incluso que nos exija que nuestra mascota lleve colocada la chapa oficial de la rabia en el collar. El no cumplimiento de cualquiera de estos requisitos puede acarrear al dueño sanciones económicas elevadas, que variarán dependiendo de la raza del animal.
Ante cualquier duda recomendamos acudir al veterinario, que podrá ayudarnos a tener a nuestras mascotas no sólo controladas a nivel sanitario, sino también de forma legal.